La autora con la edicion turca de su novela

En el aeropuerto internacional Imam Khomeini, una joven que pasa el control de pasaportes para esperar el vuelo de Estambul recuerda una de sus llegadas anteriores a este aeropuerto: su última salida familiar al extranjero, hacia Estambul, tras el fin de la guerra entre Irán e Irak. Se acuerda de su conversación con su padre quien le aseguró de que todo iría bien, de las lágrimas de su madre y de sus dos hermanitas, de sus entrevistas con los agentes de inmigración y otros “adultos” que la habían interrogado primero en Teherán y luego en Estambul. Estos recuerdos le hacen dar la vuelta a muchos otros de su infancia: al del gran jardín a la sombra de los árboles de la gran casa de sus abuelos con aroma a jazmín, al de su afectuosa abuela, de su majestuoso abuelo y de sus hábiles mayordomos.

Cada encuentro, cada café, cada conversación, cada detalle en el aeropuerto la llevan luego a la destrucción de su infancia: a las noches de ataques aéreos que tuvo que pasar al abrigo de los sótanos de hermosas casas, a la inesperada muerte de su muy joven abuela, a la desaparición de sus primeros amigos queridos de la escuela primaria…

La novela continúa con flashbacks, describiendo ampliamente no solo el panorama de su infancia en Irán y su adolescencia en Turquía o sus vidas, sino también el trasfondo de la Revolución iraní, las sanciones y el embargo contra Irán, la guerra entre Irán e Irak y los años posteriores a la guerra por una selección de documentos históricos trasladados por testimonios personales.

La autora lleva al lector a sus clases de turco o a su escuela secundaria en Esmirna, a un café histórico o a la pastelería de un pastelero judío en un barrio viejo de Teherán, al borde del Bósforo o al Consulado General de la República Islámica de Irán en Estambul o a bien los corredores de un hospital de neumología en Teherán durante su transición o transformación de la niña que era a una mujer joven de treinta y tantos años…

 “Los niños de la guerra no conocen al cielo azul…

Sus ciudades no acaban de estar pintadas en gris mientras ellos crecen, la lluvia no llega a empapar, la nieve no llega a tapar el color ahumado de la ciudad….”

“… Y un gigante bondadoso llegó a la ciudad, para salvar a todos. Así se acababan todos los cuentos en Teherán…”

Categories:

Comments are closed

Archivos
Sosyal Medya
InstagramFacebookYouTube Twitter